Aquí tenéis el fabuloso retrato a caballo del emperador Carlos V realizado por Tiziano en 1548 y que podéis admirar en el Museo del Prado.
Recordad que la batalla de Mühlberg (1547) supone la victoria de las tropas imperiales contra los príncipes alemanes luteranos integrados en la Liga de Esmalcalda. Este momento supone el momento en que Carlos más cerca se encontró de su objetivo político: ser el emperador universal y cristiano, esto es, el principal soberano cristiano del orbe y dominador de toda Europa.
Esta ilusión - realmente una visión anticuada de Europa, en ese momento ya dominada por diferentes príncipes, cada uno con su Estado moderno, y con menor influencia del Papado y de la religión católica- durará poco: Enrique II de Francia ocupa diferentes fortalezas como Verdún o Metz, los turocs toman Trípoli y los príncipes protestantes siguen rebeldes a su autoridad. En 1555, por la Paz de Augsburgo, se reconoce que el príncipe será quien decida la religión de su estado ("cuius regio, eius religio"o sea, según sea la del rey, será la religión del reino, más o menos).
Agotado, el emperador es consciente de que su visión "medieval" del imperio ya es caduca, pero se asegura el dominio de su dinastía en toda Europa durante más de un siglo: abdica, a su hijo Felipe II le cede las coronas hispánicas y Flandes, y a su hermano Fernando, el Imperio
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